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22.08.2025 / Noticias / DRAUGHTS BAR ES
“¡No nos van a silenciar, los empleos en hostelería se pueden mejorar y los trabajadores pueden ser tratados con respeto; ahora es el momento de que nuestro empleador escuche esto y deje de esconderse tras excusas!” – Brune, personal de barra en Draughts y miembro de UVW
El sábado 9 de agosto de 2025 fue uno para los libros de historia… y de canciones. Unos 70 trabajadorxs en huelga y simpatizantes llenaron las calles frente al hotel Radisson Blu en Canary Wharf y después tomaron el metro hacia el bar de juegos de mesa Draughts en Waterloo, Londres.
Fue uno de los piquetes más ruidosos, felices y divertidos que el movimiento obrero ha visto en años. Con la percusión de resistencia marcada por el tambor de Taty Tambo, Fraser McGuire del gremio, Unite Hospitality, viajando desde Derby para mostrar su solidaridad, y una multitud que bailaba, cantaba e incluso jugaba partidas de Jenga.
Las huelgas unieron a dos grupos de trabajadorxs luchando en distintos frentes de la misma batalla: el derecho a un empleo seguro, digno y justamente remunerado.
En el Radisson Blu, las camareras de pisos externalizadas —en su mayoría mujeres migrantes de Nepal— han visto reducidas sus horas contratadas de 40 a tan solo 16 semanales por WGC, mientras que sus cuotas diarias de habitaciones casi se duplicaron, de 14 a 24. Con solo £13 por hora, dicen que estos recortes las han llevado al límite. Exigen el retorno a 40 horas garantizadas y el Salario Digno de Londres de £13,85. Fue la primera huelga de trabajadores de hotel en Inglaterra desde 1979, cuando las camareras del Grosvenor House Hotel en Park Lane se declararon en huelga tras el despido y desalojo de 30 de sus compañeras. La protesta destacó como un ejemplo poco común de acción sindical de personal hotelero en el Reino Unido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Doris, Subjefa de Camareras en Radisson Blu y miembro de UVW, dijo:
“Quiero que mi equipo recupere sus horas garantizadas, junto con una carga de trabajo manejable y un salario digno. Esto importa profundamente: todo es caro y todos tenemos que pagar alquiler y poner comida en la mesa. Necesitamos la seguridad de saber que mañana tendremos suficientes horas, para poder vivir con dignidad y cuidar de nuestras familias. Somos más que simples compañeros de trabajo: somos como una familia. Cuando mi equipo sufre, yo lo siento también. He trabajado con ellas más de 10 años y me duele verlas tristes o estresadas. Siento una responsabilidad profunda de apoyarlas y estar a su lado. Cuando me dijeron que mis horas bajarían de 40 a solo 16, quedé en shock y devastada. Después de dedicar 30 años de mi vida a este trabajo, sentí que me lo quitaban todo. No sabía qué hacer. Pero entonces encontré a UVW, y fue como quitarse un gran peso de encima. Su apoyo ha sido increíble: de verdad escucharon y comprendieron mi historia. Y sé que no estoy sola: todo mi equipo siente lo mismo. Es difícil incluso ponerlo en palabras.”
Mientras tanto, en Draughts, el personal de barra se está levantando contra los contratos de cero horas, las condiciones laborales precarias y la pérdida de ingresos por la sustitución del servicio en mesa por pedidos mediante código QR. Contratados bajo contratos de cero horas, denuncian cancelaciones de turnos de última hora que los dejan sin ingresos ni equilibrio entre trabajo y vida personal. Los trabajadores entregaron pacíficamente sus demandas en persona, pero la gerencia los recibió con silencio e indiferencia. Reclaman contratos con horas fijas, formación pagada, el retorno al servicio en mesa y seguridad presencial por las tardes.
Pearl, personal de barra y miembro de UVW, dijo:
“Me entristece que se haya llegado a la huelga. Aunque estaba mentalmente preparada, todo este tiempo pensé que seguramente serían razonables y tendrían una conversación real con nosotros. Seguramente sería un ganar-ganar si se comprometieran de manera significativa. Estoy exasperada por sus reacciones hasta ahora y me cuesta entenderlo todo. Pero la situación no me impedirá defenderme. Queremos ser escuchados, queremos ser tratados con respeto, y no nos vamos a acobardar.”
En los piquetes, los cánticos, la música y las risas llenaban las calles mientras turistas, transeúntes e incluso huéspedes del hotel se detenían a escuchar. La gente bailaba, aplaudía al ritmo de los tambores e incluso competía en juegos de Jenga y otros juegos de mesa —un guiño a los huelguistas de Draughts— demostrando que un piquete puede ser tanto poderoso como alegre.
Esta huelga es un punto de inflexión histórico; las camareras de hotel, junto con el personal de barra, están tomando acción colectiva por primera vez en más de 46 años. Los bajos salarios y la precariedad no son inevitables: son decisiones políticas. Y estos trabajadores están demostrando que pueden ser derrotadas.
22.08.2025 / DRAUGHTS BAR ES