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30.07.2024 / Noticias / Justicia para lxs Limpiadorxs
“El sindicato te informa de tus derechos, te abre los ojos y te ofrece una mano amiga… La gente no debería permitir que estos abusos ocurran y debemos buscar el apoyo del sindicato para aprender a enfrentar estos problemas cuando suceden. Es un proceso de aprendizaje y unirse al sindicato es el comienzo.” – Rebeca Olalla, limpiadora despedida y miembrx de UVW
Rebeca Olalla, madre de tres hijos de Ecuador y miembrx de United Voices of the World (UVW), está luchando contra su despido injusto de su trabajo como limpiadora subcontratada en el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, empleada por Atlas, por tomar un breve permiso para atender emergencias familiares graves.
Rebeca comenzó su nuevo trabajo en el Ayuntamiento el 14 de febrero de 2024 trabajando de 5 a 10 pm, de lunes a viernes. Llegó al Reino Unido hace 10 años y había trabajado todo ese tiempo para otro empleador, sin fallas ni quejas. Pero cuando el gimnasio que solía limpiar cerró y sus horas se redujeron drásticamente, no tuvo más remedio que buscar un nuevo trabajo. Todo iba bien hasta que su vida dio un giro dramático el 30 de mayo, cuando su pareja tuvo un accidente de bicicleta casi fatal, lo que llevó a la policía a llamar a Rebeca al lugar.
En un momento de crisis, Rebeca hizo lo que cualquier pareja y madre responsable haría. “Estaba aterrorizada cuando recibí la llamada de la policía –dice Rebeca- pero logré componerme y advertir a mis jefes lo antes posible que no podría ir.”
Sus mensajes a sus jefes fueron reconocidos, lo que debería haber constituido una solicitud legítima de permiso por dependientes, según lo definido por la Sección 57A de la Ley de Derechos Laborales de 1996. “Luego llamé a mi hijo mayor, que tiene 21 años, para que me ayudara en el hospital y con sus hermanos menores. Pasé la noche en el hospital y al día siguiente volví al trabajo.”
A pesar de sus acciones inmediatas y responsables, Rebeca se encontró con una respuesta injusta. Al regresar al trabajo al día siguiente, le informaron que no había pasado su período de prueba. “Cuando entré, mi supervisor me llamó a una sala de reuniones y me dijo que no había pasado mi período de prueba y que el día siguiente, un viernes, sería mi último día”, recuerda Rebeca.
Para el lunes, al no haber recibido nada por escrito, Rebeca se comunicó con sus gerentes directos solicitando una comunicación formal por escrito. En lugar de abordar sus preocupaciones legítimas, Rebeca recibió una carta de despido citando problemas no especificados de conducta y rendimiento, que nunca habían sido mencionados antes, ni mucho menos tratados en evaluaciones de desempeño o un proceso formal.
Creemos que la principal razón del despido de Rebeca fue su necesidad de tomar permiso por emergencias familiares, un acto protegido bajo la Sección 99 de la Ley de Derechos Laborales de 1996. Ahora se encuentra sin trabajo, su pareja está de baja por enfermedad estatutaria debido a su accidente y están luchando para llegar a fin de mes mientras cuidan de dos de sus hijos, de 4 y 13 años. “Me siento terrible. Estoy sin trabajo ahora y no puedo encontrar un trabajo con horarios que se combinen con mi vida familiar… Estoy en una situación muy difícil”, dice.
El despido abrupto de Rebeca no solo es ilegal, sino también profundamente poco ético. Instamos a Atlas a reincorporar inmediatamente a Rebeca y proporcionarle el apoyo que necesita durante este tiempo difícil.
El despido de Rebeca es una clara violación de sus derechos, y es crucial que los empleadores sean responsables de tales acciones. UVW está comprometido a luchar por Rebeca y todos los trabajadores que enfrentan injusticias similares. “Mi pareja y yo somos ambos miembros de UVW. Es un ambiente muy solidario”, dice Rebeca. “El sindicato te informa de tus derechos, te abre los ojos y te ofrece una mano amiga. Siempre les digo a mis amigos que deberían unirse. La gente no debería permitir que estos abusos ocurran y debemos buscar el apoyo del sindicato para aprender a enfrentar estos problemas cuando suceden. Es un proceso de aprendizaje y unirse al sindicato es el comienzo.”
Hacemos un llamado al Ayuntamiento de Kensington y Chelsea para que intervenga y asegure que sus contratistas adhieran a los más altos estándares de equidad y legalidad. También apelamos a la comunidad en general para que se solidarice con Rebeca y apoye su lucha por la justicia.
Únanse a nosotros en la demanda de justicia para Rebeca y todos los trabajadores que enfrentan un trato injusto en sus lugares de trabajo. Juntos, podemos marcar la diferencia y asegurarnos de que prevalezca la justicia.
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