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26.10.2022 / Noticias / Worker's Story /

UVW quiere que la represión sindical le salga cara a lxs empleadorxs

«Todxs nosotrxs sufrimos en ese lugar de trabajo, así que conseguir por fin alguna reparación es un gran paso adelante para nosotrxs y para los derechos de lxs trabajadxres de la hostelería».

La represión sindical está muy extendida, pero como trabajadorxs tenemos formas de vencerla. Podemos contraatacar y hacer que a lxs empresarios les resulte costosa. Lxs valientes trabajadorxs del pub Saint James Tavern (SJT) de Brighton no se rindieron y lucharon por lo que es justo. Aquí lxs huelguistas te cuentan cómo lo hicieron.

Por Tris, huelguista del Saint James Tavern pub.

Las tácticas de lxs propietarixs del bar, que para nosotros lxs trabajadorxs del pub Saint James Tavern (SJT) de Brighton parecían una flagrante represión sindical, fracasaron porque se toparon con nuestra acción colectiva y nuestra resistencia sindical. Una jueza se dio cuenta de este comportamiento aparentemente vengativo y ordenó a lxs jefes del pub que siguieran pagándonos los salarios a nosotrxs, cuatro huelguistas y miembrxs del sindicato  United Voices of the World (UVW), hasta la vista final de nuestra demanda.  Consideró que en la vista final es probable que el Tribunal determine que la razón por la que fuimos despedidxs fueron nuestras actividades sindicales. A principios de octubre, la jueza dictó lo que en términos jurídicos se denomina una orden de «reparación provisional»  o “medidas cautelares” (Interim Relief o IR por sus siglas en inglés). Sólo un par de semanas antes, nuestxo compañerx huelguista y ex gerente del bar, Jake, había ganado su propia solicitud de IR también.

Esto significa que lxs cinco recibiremos una cantidad por los salarios que habríamos ganado en el SJT entre principios del verano y finales de octubre/principios de septiembre si no hubiéramos sido despedidxs. Además, se nos pagará a todxs el salario medio mensual íntegro, todos los meses, hasta que se celebre la vista final para determinar si nuestro despido fue realmente improcedente, lo que podría tardar meses y meses. Esto es así siempre que no cobremos en otro trabajo, en cuyo caso se nos pagará la diferencia de ingresos entre nuestro salario medio mensual en el SJT y nuestro nuevo salario mensual.

En lo que sólo puede describirse como una ironía poética, después de haber rechazado virulentamente nuestras demandas de modestos aumentos salariales y otros derechos básicos razonables, lxs jefes de SJT tendrán ahora que seguir pagando los salarios de lxs antiguxs empleadxs que ya no trabajan para ellxs, además de seguir pagando las existencias, el alquiler y el personal actual del pub.

Expusimos nuestro caso en la audiencia provisional y la jueza estuvo de acuerdo en que tenemos «bastantes posibilidades de éxito» en nuestras demandas, y por eso nos concedió estas medidas provisionales de ayuda. Evidentemente, aún podríamos perder el caso más adelante, pero dado lo que sabemos parece bastante improbable.

Entonces, ¿cómo ganamos realmente las medidas cautelares (Interim Relief o IR)?

Ningunx de nosotrxs había oído hablar realmente de IR, tal vez en conversaciones de paso sobre posibles escenarios, pero nos parecía una idea casi mítica por ser tan raro ganar. La ley exige que lxs trabajadorxs demuestren que el motivo de su despido puede ser victimización sindical, y todxs pensamos que teníamos pruebas de ello. Y muchas. Mi declaración de los hechos acabó siendo de unas 3.000 palabras, mientras que el de otrxs, como el de Lucy, rayó las 4.000. Teníamos un chat de grupo en el que nos enviábamos mensajes sobre los incidentes y acontecimientos, que se convirtieron en una especie de cronología, aunque muy desordenada. También habíamos recopilado otras “chucherías” como capturas de pantalla de texto y grabaciones de vídeo que servían como prueba de las acciones de lxs jefes. Nuestro trabajo consistió en filtrar todos los detalles innecesarios, dar cuerpo e intentar hacer una lista legible y competente de los acontecimientos que condujeron a lo que creíamos que era nuestro despido improcedente. Recordar todos estos momentos fue bastante angustioso; todas las veces que me sentí humilladx y degradadx mientras tenía que mantener la calma y no bajar la guardia. Escribir esta declaración me hizo reflexionar sobre este año anterior y sobre lo increíbles y solidarixs que han sido nuestro equipo y nuestrxs amigxs.

Lxs jueces son, lamentablemente, bastante reacixs a imponer cargas económicas a lxs empleadorxs, a menos que estén absolutamente convencidxs, a partir de las pruebas, de que es probable que sus motivos para el despido se consideren ilegales en la audiencia final. El despido de un trabajadxr por sus actividades sindicales entra sin duda en la categoría de ilegalidad. Una orden de IR puede llevar a la quiebra a una pequeña empresa, por lo que lxs jueces tienden a ser cautelosos y, cuando se ordena una, podemos estar bastante segurxs de que no había ninguna duda en su mente: es probable que haya tenido lugar algún tipo de represión sindical y que hay bastantes posibilidades de que se demuestre en la vista final. Incluso lxs jefes se dieron cuenta de que no tenían ninguna posibilidad. Después de haber enviado todas nuestras pruebas, más de 200 páginas, respondieron diciendo que no impugnarían nuestra solicitud de IR, y ni siquiera se presentaron a la audiencia.

Pensar que estxs jefes podrían despedirnos fácilmente y lavarse las manos es absolutamente horroroso, y estoy casi seguro de que nuestro caso no es un incidente aislado. Por suerte, contamos con el apoyo del sindicato para guiarnos, intentando contactar con ellos a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas (¡gracias Kate!). Lxs jefes parecían estar más que cómodos victimizando a mis amigxs y colegas por defendernos a través de un sindicato, pero demasiado asustadxs para presentarse en los tribunales cuando nos defendemos. ¿Fue por sentirse culpables? ¿O por pereza? ¿Se han dado cuenta de que se han metido en un agujero tan profundo del que ni siquiera tiene sentido luchar para salir de él? En cualquier caso, sólo han empezado a ver las consecuencias de sus actos. 

«Esta victoria no es sólo una lección para lxs jefes del Saint James Tavern, sino para todxs lxs jefes de ahí fuera -dice el secretario general de UVW, Petros Elia- de que nunca dejaremos que os salgáis con la vuestra victimizando a nuestrxs miembros y que si lo intentáis nos defenderemos y os venceremos. La próxima vez, ni os molestéis en intentarlo».

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